Medidor inteligente, medidor de agua digital Chile, Medidor para apr

Medidor inteligente, medidor de agua digital Chile, Medidor para apr

Hoy en nuestro blog especializado en Medidor de agua digital, te contaremos porque debes tener cuidado a la hora de comprar medidores de agua digital para tu APR y los riesgos que corre tu comunidad si equivocas la decisión.


En las primeras luces del amanecer, cuando el rocío todavía brilla sobre las hojas de su huerto, doña Marta sale al patio de su vieja casa de adobe (ese mismo que se mezcla con paja y ha sobrevivido a bastante más terremotos que otras construcciones modernas), todo esto ocurre en valle del limarí, donde sus antepasados han cultivado la tierra durante generaciones. Cuando era niña, recuerda, su padre y su abuelo caminaban cada mes hasta la casilla del pozo –con la caña medidora de mercurio– para anotar el consumo del agua en un cuadernillo de tapas de cuero. Aquellos viejos medidores mecánicos eran simples: una esfera de cristal alojaba una rueda metálica que giraba al paso del flujo, y las lecturas se anotaban manualmente. El proceso era lento, frustrante cuando la rueda se atascaba por la arena, pero al menos reflejaba la realidad de cada gota usada en los cultivos y el hogar.

Décadas después, con la llegada de la electricidad al valle y el tendido de unas pocas líneas telefónicas, comenzaron a oírse voces que hablaban de “soluciones inteligentes”. Se prometía que, gracias a pequeños dispositivos electrónicos conectados a Internet, los medidores serían capaces de enviar lecturas automáticas, detectar fugas y ofrecer gráficos de consumo día a día. En reuniones vecinales, más de uno se mostró escéptico: ¿por qué pagarían los campesinos por algo que hasta entonces habían hecho gratis, con lápiz y papel? Pero la sed de modernidad y la presión para presentar proyectos ante agencias de apoyo rural hicieron que muchos asintieran con el proyecto, atraídos por la idea de ahorrar agua y dinero.

Los primeros equipos se instalaron sin ruido en unos cuantos pozos. Al principio, todo parecía marchar bien: los agricultores podían revisar desde un celular si sobraba agua en las tuberías antes de salir al campo o hacer ajustes en los horarios de riego. Pero, en cada rincón donde funcionaba, pronto surgieron las historias de lecturas disparatadas: consumos dobles o triples, cargos inesperados en las boletas y alertas de fugas que no existían. Cuando los usuarios pedían explicaciones, los técnicos cambiaban el discurso: “es un error de calibración”, “la antena local no recibe bien”, “tienes que actualizar el firmware”. Cada excusa prolongaba la incertidumbre y generaba gastos adicionales en desplazamientos de personal técnico.

Con el paso de los meses, apareció una palabra en boca de todos: “estafa”. Para doña Marta y sus vecinos, no se trataba ya de un fallo técnico aislado, sino del signo de que, tras la apariencia de “tecnología al servicio de la comunidad”, había intereses privados buscando lucrar con cada gota de agua. ¿Cómo era posible que un medidor supuestamente inteligente, construido con microchips y antenas, diera lecturas tan erráticas? Algunos entendidos explicaron que, sin un control riguroso de calidad y sin transparencia en los contratos, ese tipo de dispositivos son vulnerables a manipulaciones o incluso a defectos de diseño intencionales: piezas más baratas que fallan, calibraciones fuera de norma, y servidores remotos que registran más consumo del real.

Aquella experiencia marcó un antes y un después en la relación entre tecnología y confianza. La comunidad del Rapel, de Monte Patria aprendió tres lecciones esenciales:

  1. La apariencia no garantiza honestidad. Un dispositivo con carcasa reluciente, pantalla digital y promesas de conectividad no es sinónimo de fiabilidad. Lo que importa son las especificaciones técnicas, los protocolos de calibración y el respaldo que ofrecen las instituciones locales.

  2. Es vital conocer el origen de la solución. Quienes desarrollan y venden tecnología deben responder ante alguien: un organismo de regulación, una asociación de usuarios o una cooperativa. Sin esa rendición de cuentas, cualquier falla puede ocultarse tras términos confusos y “acuerdos de confidencialidad”.

  3. La capacitación es el mejor antídoto contra la estafa. Cuando los propios usuarios entienden mínimamente cómo funcionan las mediciones –desde la presión del agua hasta la frecuencia de muestreo del sensor–, es más difícil que un proveedor les ofrezca cifras fantasma o les imponga costos adicionales bajo pretextos técnicos.

Este caso no es un caso aislado. En muchas regiones rurales alrededor del mundo, comunidades que recibieron ayudas estatales o créditos para modernizar sus sistemas de agua se encontraron atrapadas en contratos opacos y en productos que, lejos de ahorrar recursos, incrementaron los costos de operación. El fenómeno se repite con otras “soluciones inteligentes”: sistemas de riego automatizado que no incluyen mantenimiento, generadores solares cuyos paneles no cumplen la vida útil prometida, o sensores de humedad que funcionan mal en suelos arcillosos.

Sin embargo, la historia no se limita a fraudes. También existe la evolución positiva, cuando estos dispositivos se implementan con transparencia y respaldo técnico local. En algunos casos, las comunidades formaron cooperativas tecnológicas donde técnicos del pueblo, capacitados por universidades o instituciones de investigación, asumen la instalación, calibración y mantenimiento de los medidores. De esa manera, se generó un círculo virtuoso: ahorro real de agua, disminución de filtraciones y boletas más justas, sin intermediarios que se lleven el margen de ganancia sin aportar soluciones duraderas.

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Implementación de Medidores de Agua Inteligentes en Comunidades Rurales de Chile

En las comunidades de Agua Potable Rural (APR) de Chile, los medidores de agua inteligentes se presentan como una innovación que puede transformar la gestión hídrica. Estos dispositivos permiten un monitoreo preciso y en tiempo real del consumo de agua en cada conexión, facilitando la detección temprana de fugas y mejorando la eficiencia operativa (Medidor de agua inteligente - Ventajas y desventajas). Por ejemplo, al contar con datos continuos, el comité APR puede identificar patrones anómalos de consumo (indicativos de filtraciones) y tomar medidas antes de que esas pérdidas se vuelvan significativas. Además, los medidores inteligentes mejoran la exactitud en la facturación (cada usuario paga según su consumo real) y reducen disputas por lecturas, ya que eliminan la necesidad de ingresar al domicilio para revisar el medidor (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). En un contexto de escasez hídrica y cambio climático, contar con información detallada y oportuna ayuda a usar el recurso de forma más sostenible y equitativa.

Junto con los medidores viene usualmente un sistema de telemetría o software de monitoreo asociado. Esto permite que los administradores del APR consulten los datos remotamente (desde una oficina o dispositivo móvil) y gestionen mejor el sistema. De hecho, iniciativas en Chile han demostrado que la telemetría y los medidores inteligentes pueden reducir significativamente las pérdidas y mejorar la distribución del agua (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?) . Según la Fundación Huella Local, la incorporación de medidores ultrasonicos con software de monitoreo en APR ha facilitado el seguimiento del flujo en forma remota, optimizando la gestión del comité y dando mayor precisión en la emisión de boletas. Estas ventajas explican por qué los medidores inteligentes se han vuelto un tema prioritario para muchas comunidades rurales que buscan modernizar sus servicios.

Sin embargo, no todo son ventajas. La adopción de medidores inteligentes conlleva también desafíos importantes que conviene analizar. Entre las desventajas iniciales se cuentan los altos costos de inversión (cada medidor inteligente puede costar varias veces más que uno mecánico tradicional) y la necesidad de infraestructura tecnológica para operarlos y mantenerlos (Medidor de agua inteligente - Ventajas y desventajas). Por ejemplo, requieren fuente de energía (baterías de larga duración, paneles solares o conexión eléctrica), redes de comunicación para transmitir los datos (sean celulares, radio, LoRaWAN, etc.) y personal capacitado para utilizar las plataformas digitales asociadas. A continuación, profundizamos en cuándo conviene implementar estos medidores en una comunidad APR y cuándo es preferible esperar, así como los factores técnicos, organizacionales y culturales que se deben considerar antes de embarcarse en un proyecto de este tipo.

¿Cuándo es recomendable implementarlos y cuándo no?

La decisión de instalar medidores de agua inteligentes en una comunidad rural debe basarse en un análisis técnico-económico y sociocultural. No existe una respuesta única: dependerá de las condiciones de cada APR. ¿Cuándo es aconsejable implementarlos? Cuando la comunidad enfrenta problemas que esta tecnología ayudaría a resolver de manera costo-efectiva. Por ejemplo, si el APR tiene altas pérdidas de agua no contabilizada (diferencias grandes entre el agua producida y la sumatoria de consumos registrados), los medidores inteligentes pueden ayudar a localizar fugas o consumos anómalos rápidamente. En la provincia de Limarí (Región de Coquimbo), un conjunto de APR detectó pérdidas de entre 10% y 50% del agua en sus redes, lo que consideran “mortal” en la situación de sequía actual. Por ello, están impulsando proyectos para instalar medidores inteligentes y otras tecnologías, con apoyo de la Universidad de Chile, a fin de lograr un uso más eficiente del recurso (Litoralpress). También es recomendable considerar estos medidores cuando el número de arranques (conexiones) es elevado (por ejemplo, cientos de hogares), haciendo muy laboriosa la lectura manual mensual tradicional. En sistemas grandes, la telelectura ahorra tiempo y recursos, y puede mejorar la administración al contar con datos actualizados al instante.

Otro escenario propicio es cuando existen dificultades de acceso para la lectura de medidores convencionales. Si las viviendas están dispersas geográficamente o los medidores se ubican dentro de predios de difícil acceso, la lectura remota simplifica la operación (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). De hecho, en un estudio de 2022 en O’Higgins, los comités rurales que habían incorporado medidores inteligentes destacaron que así evitan el problema de no poder entrar a las casas a tomar lectura mensualmente, eliminando también las dudas de vecinos sobre la exactitud de las mediciones (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). Además, en ciertas comunidades esta tecnología se ha usado estratégicamente solo en casos puntuales: algunos SSR (Servicios Sanitarios Rurales) de O’Higgins instalaron medidores inteligentes solo a clientes conflictivos, aquellos que antes impedían cortes por mora o manipulaban medidores, de modo que ahora el corte del suministro por impago se puede hacer de forma remota y más segura (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). Esto indica que incluso una implementación parcial puede ser útil en situaciones específicas.

¿Y cuándo no conviene apresurarse a implementarlos? Principalmente cuando la comunidad no está preparada en términos técnicos, financieros o culturales. Si el sistema de agua es pequeño (pocos arranques) y la lectura manual no supone una gran carga, la ganancia de eficiencia tal vez no justifique la inversión elevada. También, si las pérdidas de agua son mínimas y ya se logra un buen control con medidores mecánicos calibrados, la urgencia por cambiar puede ser baja. Técnicamente, si la zona carece de cobertura de comunicaciones fiable (señal celular u otra) o la red eléctrica es inestable, un proyecto de medidores inteligentes podría fallar o requerir gastos adicionales en energía solar, antenas y repetidores. Culturalmente, si la comunidad desconfía de la tecnología o no ha sido involucrada en el proceso de decisión, forzar la instalación puede generar resistencia. Por ejemplo, imponer medidores inteligentes sin explicar sus beneficios podría hacer que algunos vecinos los perciban como un medio de “cobro excesivo” o teman cortes automáticos, dañando la confianza en el APR. En síntesis, no es recomendable implementar estos medidores por moda o presión externa, sino solo cuando las condiciones locales indiquen que aportarán un valor claro y sostenible.


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Medidor inteligente, medidor de agua digital Chile, Medidor para apr

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Factores clave a evaluar antes de iniciar el proyecto

Antes de emprender un proyecto de medidores de agua inteligentes, los líderes de APR deben realizar un diagnóstico integral de su sistema y comunidad. A continuación, se presentan los factores más importantes que se deben considerar:

Condiciones de la red e infraestructura existente

Es vital revisar el estado de la infraestructura del APR. ¿La red de distribución tiene fugas significativas o está en buen estado? Si hay problemas graves de tuberías, sería prudente resolverlos antes, pues de nada sirve medir con gran precisión un sistema que físicamente pierde agua por todos lados. También evaluar la presión y caudal disponibles: algunos medidores inteligentes (por ejemplo, ultrasónicos) requieren ciertos rangos de caudal para funcionar correctamente. Asimismo, verificar las ubicaciones donde se instalarían: debe haber espacio suficiente y condiciones adecuadas para proteger los equipos. Se recomienda habilitar nichos o cajas que resguarden los medidores de condiciones climáticas extremas y vandalismo (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). La experiencia muestra que en zonas rurales es común instalar casetas o protecciones para equipos electrónicos sensibles, dado que están expuestos al polvo, lluvia y potenciales daños accidentales.

Un punto crucial de infraestructura es la energía y conectividad. Los medidores inteligentes típicamente necesitan alimentación eléctrica o baterías de larga duración. Si la red eléctrica local es inestable o inexistente, será necesario incorporar soluciones como paneles solares con baterías para asegurar un suministro continuo (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). La estabilidad energética es crítica para que los medidores funcionen sin interrupciones (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). En cuanto a conectividad, hay que determinar cómo transmitirán los datos: algunos sistemas usan tecnologías inalámbricas de largo alcance (LoRaWAN, RF mesh), otros la red celular (2G/3G/4G) o incluso wifi local. Cada opción tiene requerimientos: por ejemplo, LoRaWAN requiere instalar una antena concentradora en la zona; la señal celular depende de la cobertura de la compañía. Hacer pruebas de señal y consultar con proveedores locales es parte del estudio previo. Si no se garantiza una comunicación fiable de nada sirve instalar medidores “inteligentes” cuyos datos no llegan al sistema central.

Capacidad técnica y de mantenimiento

Otro factor es la capacidad técnica disponible en la comunidad o región para mantener la nueva tecnología. ¿Cuenta el APR con personal capacitado, o se puede capacitar a sus operadores, para encargarse del sistema de medidores inteligentes? Es ideal identificar si algún integrante del equipo APR tiene conocimientos de informática o electrónica básica, pues la operación involucra revisar plataformas digitales, detectar alarmas, y realizar mantenciones sencillas (limpieza de sensores, recambio de baterías, etc.) (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). Si no, deberá planificarse la capacitación del personal antes y durante la implementación (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). Varios proyectos exitosos han incluido talleres para los encargados del APR, asegurando que sepan interpretar los datos y atender eventuales problemas. Junto con esto, es importante definir quién dará soporte técnico externo: idealmente el proveedor ofrece garantías y servicio post-venta para atender fallas de los medidores o del software (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?) (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). Asegurarse de tener un contacto técnico disponible evita que el sistema quede inutilizado ante la primera dificultad. Un cronograma de mantenimiento regular debe establecerse (por ejemplo, verificar un porcentaje de medidores cada cierto tiempo, calibración si aplica, revisión de conexión) para prolongar la vida útil de la inversión (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?).

Modelo de organización y gobernanza comunitaria

El modelo de gestión comunitaria del APR influye en la viabilidad del proyecto. Un comité de agua bien organizado, con directiva estable y con transparencia financiera, tendrá más éxito integrando tecnología que uno con conflictos internos o alta rotación de dirigentes. La nueva Ley 20.998 de Servicios Sanitarios Rurales exige mayores estándares administrativos a las APR, incluyendo rendición de cuentas y profesionalización de la gestión. Si la comunidad ya está avanzando en fortalecer su gobernanza (por ejemplo, usando software de gestión y boletas computarizadas), la incorporación de medidores inteligentes será un paso coherente (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins) (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). De hecho, el 85% de los sistemas rurales en O’Higgins ya usan algún software de gestión y 93% sistemas de facturación electrónica (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins), lo cual sienta bases para aprovechar datos de telemetría. Pero si la APR aún opera de forma muy manual (libros de agua en papel, cálculos a mano) y la directiva no se siente cómoda con herramientas digitales, quizás convenga primero fortalecer las capacidades administrativas antes de sumar medidores inteligentes. La disposición de la comunidad también es crucial: es recomendable socializar la idea en asambleas de socios del APR, de modo que los usuarios entiendan qué se instalará, cómo funciona y qué beneficios (y responsabilidades) conlleva. Un modelo de gobernanza participativo facilitará que la comunidad se apropie de la tecnología y no la vea como algo ajeno impuesto desde fuera ((PDF) Appropriation process of digital technologies by rural drinking water committees in the region of La Araucanía, Chile)

Escala del sistema: número de arranques y cobertura

La escala del APR importa al evaluar costo-beneficio. En general, a mayor número de arranques (conexiones domiciliarias), más sentido hace automatizar la lectura. Un proyecto de instalación de, por ejemplo, 500 medidores inteligentes puede obtener economías de escala en la compra de equipos y tener un impacto grande en la eficiencia (pues 500 lecturas manuales mensuales consumen bastante tiempo). En cambio, un APR con 20 o 30 arranques tal vez encuentre que puede gestionar bien con medidores convencionales y visitas periódicas, destinando sus recursos limitados a otras prioridades (como mejorar el pozo o ampliar la red). También es relevante la dispersión geográfica: si las viviendas están muy apartadas, un sistema de comunicación punto a punto puede requerir varios repetidores, aumentando complejidad y costos. Por otro lado, si la comunidad es densa (muchas conexiones cercanas), puede ser más sencillo cubrirla con la red inalámbrica del sistema. Estudios locales señalan que en zonas de mayor densidad poblacional rural (más de 15 viviendas por kilómetro de red) es donde primero se masificó el servicio de agua potable, y estas suelen ser las comunidades con más medios para innovar tecnológicamente (PDF) Appropriation process of digital technologies by rural drinking water committees in the region of La Araucanía, Chile)

Cultura local y adaptación comunitaria

No menos importante es el factor cultural y humano. Cada comunidad rural tiene sus particularidades culturales, nivel de familiaridad con la tecnología y confianza en las instituciones. La introducción de medidores inteligentes debe considerar ese contexto para tener éxito. Si en la comunidad existe desconfianza hacia los cambios o ha habido experiencias negativas previas (por ejemplo, algún “proyecto tecnológico” que fracasó o resultó ser una estafa), será necesario trabajar en procesos de educación y participación. Incluir a los vecinos desde la planificación, explicando en lenguaje simple qué son los medidores inteligentes y despejando dudas, puede marcar la diferencia. A veces surgen mitos (como temor a que el medidor “mande menos agua” o que la radiación sea dañina); una campaña informativa transparente puede combatir esos malentendidos.

Por el contrario, hay comunidades donde la cultura local valora la innovación –por ejemplo, APR que han desarrollado pequeñas mejoras caseras, automatizado bombas con flotadores, o cuyos dirigentes se capacitan constantemente–. En tales entornos, la adopción tecnológica será más rápida y con mayor colaboración de los usuarios. En cualquier caso, no se debe subestimar el aspecto cultural: la experiencia internacional y local demuestra que la tecnología por sí sola no resuelve problemas si las personas no la aceptan e integran en sus prácticas diarias. En Chile, la apropiación de sistemas de telemetría por comités APR se ha descrito como un proceso sociotécnico complejo, de múltiples actores y niveles que toma tiempo y aprendizaje.

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Preparación comunitaria: por qué no forzar la implementación sin estar listos

Implementar medidores de agua inteligentes no es simplemente instalar aparatos, sino un proceso de cambio tecnológico y organizacional. Por eso, se advierte enfáticamente: no se debe forzar su adopción si la comunidad no está preparada. ¿Qué podría pasar si se imponen sin preparación? En el mejor de los casos, los equipos funcionarían técnicamente pero no se les sacaría provecho –por ejemplo, si nadie revisa los datos o no saben interpretarlos, seguirían cobrando tarifas planas o dejando pasar fugas sin atender–. En el peor de los casos, podría haber rechazo activo: vecinos desconectando o dañando medidores por desconfiar de ellos, o negándose a pagar facturas porque “el medidor nuevo marcó de más”. Una comunidad no convencida puede boicotear indirectamente la iniciativa, desperdiciando la inversión.

Existen ejemplos en Chile de introducción de tecnología que no cuajó por falta de apropiación. Muchas APR han recibido softwares de gestión o equipos modernos, que terminan abandonados porque nadie les dio seguimiento ni capacitación. La nueva Ley de SSR y los programas de SUBDERE buscan justamente evitar eso mediante asistencia técnica a los comités, pero aún así el riesgo persiste si la comunidad no siente la necesidad del cambio. Por ello, es mejor demorarse en la decisión que apurarse sin bases sólidas. Asegurarse de cumplir con los factores de preparación mencionados (red estable, personal formado, financiamiento, etc.) es fundamental antes de dar el salto.

También es importante estar alerta a presiones comerciales externas. Algunas empresas proveedoras pueden intentar vender sistemas costosos aprovechando que está de moda la palabra “inteligente”. En el mundo rural chileno se han detectado estafas comunes que involucran venta de equipos tecnológicos sobrevalorados o inadecuados para las necesidades reales de la comunidad (Software APR - Aprende a detectar posibles estafas). Estas prácticas inescrupulosas no solo ponen en riesgo los recursos económicos limitados de las APR, sino que minan la confianza de la gente en las soluciones digitales futuras. Por ende, si la comunidad aún no comprende bien la tecnología o no la ha solicitado, es preferible no proceder hasta informarles y asesorarse correctamente. Un liderazgo responsable de APR debe buscar orientación en fuentes confiables (DOH, SUBDERE, universidades, federaciones de APR) antes de comprometerse con un proyecto que podría exceder sus capacidades actuales. En resumen, no hay que implementar medidores inteligentes solo porque otras comunidades lo hicieron o porque un vendedor lo asegura; se debe hacer en el momento adecuado y con apoyo comunitario, para que sea una mejora y no un problema.

Experiencias reales que respaldan estas recomendaciones

Varias experiencias en Chile ilustran los puntos anteriores. Un estudio diagnóstico en la Región de O’Higgins (Fundación Amulén, 2022) reveló que solo 10% de los sistemas rurales (APR/SSR) encuestados habían incorporado medidores inteligentes en sus redes (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins) (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). La razón principal de la baja adopción era el costo de implementación, aunque casi todos los dirigentes reconocían los beneficios de incorporar esta tecnología en el futuro (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). Interesantemente, los que ya tenían medidores inteligentes no lograron instalarlos a toda su comunidad, sino solo en algunos tramos o sectores prioritarios debido al alto valor de los equipos (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). Aun con implementación parcial, comentan que fue muy positivo para evitar problemas de lectura (ya no dependen de entrar a predios privados) y para transparentar consumos con usuarios conflictivos (Estudio Diagnóstico SSR- Pro Ohiggins). Esto confirma que los beneficios son reales, pero también que muchas APR pequeñas no pueden costear un recambio masivo inmediato y optan por soluciones graduales.

Por otra parte, iniciativas piloto respaldadas por autoridades locales han mostrado resultados prometedores. En la ya mencionada provincia del Limarí, la Asociación Gremial de APR del Limarí (que agrupa varios APR en Ovalle y Monte Patria) gestionó un proyecto piloto junto al gobierno regional y asesoría de una fundación, para implementar medidores inteligentes y otras tecnologías en 13 sistemas rurales, beneficiando a más de 20 mil personas (Litoralpress ). El objetivo central es reducir drásticamente las pérdidas de agua, que en algunos de esos APR alcanzan hasta la mitad del agua extraída (Litoralpress). Los dirigentes destacan que con medidores inteligentes esperan tener un control mucho más detallado del consumo y detectar inmediatamente consumos anómalos, algo crítico en tiempos de sequía prolongada. Esta experiencia, aún en desarrollo, refuerza la idea de que donde hay una necesidad sentida (escasez hídrica) y un respaldo técnico, la comunidad está dispuesta a innovar.

Mini manual: cómo implementar con éxito y evitar estafas

A modo de cierre práctico, resumimos a continuación un mini manual de recomendaciones para líderes de APR que estén evaluando medidores inteligentes. Estos pasos buscan evitar malas decisiones o engaños y asegurar que, si se implementa el proyecto, sea en beneficio de la comunidad:

  • 1. Analizar las necesidades reales: Antes de hablar con proveedores, realice un diagnóstico interno. ¿Qué problema concreto solucionarán los medidores inteligentes (¿fugas, morosidad, lecturas difíciles)? ¿Existen alternativas más sencillas de lograr lo mismo? Tener clara la justificación ayuda a no dejarse llevar por una solución que quizás no se necesita urgentemente.

  • 2. Informar y involucrar a la comunidad: Converse el tema en la asamblea de socios del APR o con los comités de agua. Explique en términos simples qué son los medidores inteligentes, sus pros y contras, y escuche las preocupaciones locales. Si la mayoría de la comunidad no está convencida o teme el cambio, invierta tiempo en socialización antes de proceder. La transparencia genera confianza y evita oposición posteriormente.

  • 3. Evaluar técnicamente la viabilidad: Revise los factores técnicos detallados anteriormente (energía, señal, mantenimiento). Si su APR no cumple alguno de esos requisitos, planifique cómo subsanarlo. Por ejemplo, si falta señal celular, ¿podría instalarse una antena externa o usar otra tecnología de comunicación? Si no hay personal calificado, ¿quién los capacitará? Es válido también buscar asesoría externa neutral –por parte de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) u otra entidad– para que evalúe el proyecto y emita recomendaciones técnicas independientes.

  • 4. Cotizar con varios proveedores y verificar referencias: No acepte la primera oferta que llegue. Solicite cotizaciones a distintos proveedores de medidores inteligentes, idealmente aquellos con experiencia comprobada en contextos rurales. Compare no solo precios, sino características: tipo de medidor (ultrasónico, electromagnético, etc.), duración de baterías, plataforma de software incluida, costos de suscripción (si los hay) y soporte ofrecido. Pida referencias de otras APR o cooperativas donde hayan instalado esos equipos y, si es posible, contacte a esos comités para conocer su experiencia de primera mano (¿funcionan bien? ¿el proveedor responde a problemas?).

  • 5. Evaluar el soporte y los costos ocultos: Al tratar con posibles proveedores, haga preguntas clave sobre el servicio post-venta. Por ejemplo: ¿Cuál es el soporte técnico ofrecido y sus tiempos de respuesta? (¿Hay personal en Chile que atienda, o todo es remoto? ¿Cuánto demoran en responder ante una falla?) (Software APR - Aprende a detectar posibles estafas). Pregunte también por las actualizaciones de software y seguridad de datos: ¿el sistema se irá actualizando, esas actualizaciones tienen costo? ¿Cómo se resguarda la privacidad de los datos de consumo? (Software APR - Aprende a detectar posibles estafas). Es fundamental clarificar todos los costos asociados antes de firmar: instalación, mantenimiento anual, reemplazo de piezas, licencias de software, etc. – evite sorpresas en el presupuesto a largo plazo (Software APR - Aprende a detectar posibles estafas). Un proveedor serio deberá ser transparente en estos puntos.

  • 6. Leer detenidamente los contratos: Nunca se salte la letra chica. Solicite el contrato o convenio de suministro y revíselo con calma, preferiblemente con apoyo de un asesor legal o de un organismo técnico (por ejemplo, algún profesional de la municipalidad o la DOH acostumbrado a estos documentos). Preste atención a cláusulas de garantía, obligaciones de la APR (¿debe pagar alguna mensualidad por plataforma?), penalidades por término anticipado, etc. Asegúrese de que los términos sean justos y no comprometan indebidamente a la comunidad (Software APR - Aprende a detectar posibles estafas). Si algo no está claro, pida explicaciones o modificaciones por escrito. Es mejor retrasar la firma que lamentar luego una atadura contractual desfavorable.

  • 7. Planificar una implementación gradual/piloto: En lugar de cambiar todos los medidores de una vez, puede ser prudente realizar un plan piloto. Por ejemplo, instalar medidores inteligentes en un sector acotado (unas pocas decenas de conexiones) o en todos los arranques pero mantener también el medidor antiguo en paralelo por unos meses. Esto permite comparar lecturas, ajustar el sistema y ganar confianza en la tecnología antes de hacer el cambio definitivo. Un piloto bien diseñado le dará información valiosa: desempeño de la red, aceptación de usuarios, dificultades inesperadas. Asimismo, programe la instalación por etapas (por ejemplo, 100 medidores por mes) para no abrumar la capacidad de respuesta ante fallas iniciales.

  • 8. Capacitación y acompañamiento continuo: No termine el proyecto con la instalación física. Es imprescindible capacitar al personal operativo y administrativo en el uso de los nuevos medidores y su software asociado (Medidores de Agua inteligentes Chile - ¿Qué considerar antes de instalarlos?). Asegúrese de que al menos dos personas sepan manejar la plataforma de monitoreo, generar reportes y resolver dudas de los vecinos. Documente los procedimientos (manuales simples de consulta). Además, considere instancias de capacitación a los usuarios finales: talleres o folletos para los vecinos sobre cómo leer su nuevo medidor, cómo identificar alertas (p. ej., luz indicadora) y fomentar un uso consciente del agua con las nuevas herramientas. Mantenga contacto con el proveedor durante los primeros meses para reportar cualquier problema y solicitar ajustes. Un buen proveedor debería ofrecer seguimiento post-instalación hasta que el sistema esté funcionando óptimamente.

  • 9. Cuidar la sostenibilidad financiera: Por último, evalúe el impacto financiero en su APR. ¿Se necesitará subir la tarifa de agua para costear mantenciones o amortizar la inversión? Si recibió subsidios o financiamiento externo para la compra, considere crear un fondo de reserva para reponer equipos al final de su vida útil (por ejemplo, medidores con 10 años de batería). Planifique el presupuesto a futuro de modo que la tecnología sea sostenible y no dependa de aportes puntuales. La nueva ley SSR exige solvencia y buen uso de los recursos comunitarios, así que cualquier gasto debe estar justificado por beneficios medibles en eficiencia, ahorro de agua o mejora del servicio.

La implementación de medidores de agua inteligentes en comunidades rurales chilenas puede traer grandes beneficios en control, eficiencia y transparencia, pero debe abordarse con rigurosidad y participación comunitaria. Es recomendable avanzar solo cuando la comunidad esté convencida y preparada, habiendo evaluado todos los factores técnicos y culturales. De lo contrario, es preferible fortalecer primero las capacidades básicas del APR y postergar la decisión. Con planificación cuidadosa, asesoramiento de fuentes confiables y siguiendo pasos como los descritos en este mini manual, los líderes de APR pueden evitar estafas y malas decisiones, asegurando que la inversión en medidores inteligentes se traduzca efectivamente en un mejor servicio de agua potable rural para sus comunidades.

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David Barra Guzmán

Profesional del mundo de la tecnología, especializado en sistemas de gestión y la digitalización del mundo rural. Hoy dirijo el "Sistema Nacional de Agua Potable Rural" y formo parte de "CiudadGIS", ambos proyectos impulsando soluciones de alto nivel en un lenguaje comprensible para municipios alejados de las grandes urbes y pensando primero en las necesidades de los usuarios de entornos rurales y las APR del país.

El gran desafío hoy es aportar con soluciones reales y no sobredimensionadas al Agua Potable Rural de Chile, permitiendo a sus administradores un trabajo más simple, la identificación de sus puntos críticos, el cumplimiento de las nuevas normativas de la DGA y una respuesta más rápida a los usuarios.

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